martes, 5 de abril de 2011




Nada permanece quieto.
Todo cambia,
muta, rota...
la primavera me tiene atrapado en su explosión febril.

La rama del chopo ya pesa,llena de hojas...
el sol irradia todo de bella luz, de intenso color blanco que ciega
los ojos.
Parece que la atmósfera vuelve a latir,
late a pájaro,
a algarabía de pájaros, coches que se encienden,
gente que pisa fuerte al caminar,
da gusto sacar la cabeza por la ventana y fijarse
en la glicina del vecino de enfrente,
de ramilletes lilas y esponjorosas...

Esto me remite a pensar, que todo son ciclos,
y el de la vida que se acelera, la primavera,
ha llegado...por fin a la ciudad.

3 comentarios:

Rossina dijo...

y si todos son ciclos, deberíamos tomar como tales los que nos toca afrontar en nuestra vida. Aunque el ejemplo de las estaciones lo torno un poco previsible y en definitiva cíclico...

Crista de Arco dijo...

Bienvenida la primavera entonces *

Un beso o 2 *

Aquí otoño...

Jesús Alcalde Vilás dijo...

Supongo que la primavera nos tiene a todos cogidos... Incluso algún que otro invierno.