lunes, 29 de agosto de 2011











Mi casa no tiene ventanas. Sólo quedan de ellas las cavidades que huelen
a boca muerta y a carbón negro.
Aún quedan cortinas raídas, de color hueso hechas jirones.
En mi casa no penetra la luz, todo queda a merced o de las velas o
de la iluminación del exterior.
En mi casa no suena el teléfono. Hay un gran sofá para sentarse.
Una televisión vencida a los nuevos ingenios de plasma,
que recita obsoleta una canción de portishead.
Los cuadros, medio cuelgan, violando la intimidad del que yace en esta
maldita casa.
Repito, mi casa no tiene ventanas...
Mi casa es una no casa,
es un infierno del que más vale escapar,
te acuerdas, tú sí,
de cómo olía mi casa, cuándo estábamos
sentados, en el sofá?

4 comentarios:

Jesús Alcalde Vilás dijo...

Menudos S.O.S. en botella te marcas, jefe... Desde aquí, esperamos lleguen a la playa...

Eleanor Smith # dijo...

Una casa que me resulta algo familiar ...

Un beso o 2 #

Rossina dijo...

pero su casa puede mutar cuando ud. lo decida. Nuestra casa habla mucho de nuestros estados.

Sarco Lange dijo...

Todos conocemos esas casas, son nubes negras que no dejan que la luz las iluminen.

Un exorcismo nunca está de más.
Un poema es una buena opción.

Bss.