martes, 11 de octubre de 2011

Al final la lluvia tendrá que caer con la furia que llovían los palos.
Y ni los árboles, ni las acequias, ni los bancales ni las cloacas
tendrán suficiente empacho de agua y lodo.
Porqué además de lluvia caerá odio y resentimiento,
ese con el que me venías a buscar por las habitaciones,
mientras yo me hacía escurridizo y me escondía en aquel armario
empotrado de mamá.
Aquellos días, me acuerdo, que llovía.
Pues el mismo odio, caerá de otra manera, ataviado de otras prendas,
pero cuando oigas los goterones repicar contra el alféizar,
verás a un chiquillo huyendo por el pasillo,de una casa cualquiera...

3 comentarios:

mareva mayo dijo...

es hermoso y terrible ese lugar que evocas y la lluvia se me vuelve algo macabro...

leerte es adentrarse por pasillos.. de prados de palabras, un placer....

princesa inca dijo...

que fuerte..el poema
mil besos jor

Crista de Arco dijo...

Y se me hace tan familiar esa escena...
La lluvia, correr, esconderse...

Un beso o 2 #

Es impresionante cuánto nos parecemos Jor *