martes, 4 de enero de 2011

Mente siniestro total.

Miles de ángeles danzando en la sala de espera.

Un nombre brillando en la pantalla líquida que pronto todos olvidaremos.

Suelo de moqueta.
Calor en el ambiente.


Lágrimas rodando por las mejillas,

Caras rotas,
semblantes torcidos,
muecas descompuestas.

¿Qué ha pasado?
-preguntan algunos.

-Aún no lo sabemos...

pero, ahí estábamos, en Sancho de Ávila,
ahí estábamos,
todos;
en Sancho de Ávila...

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