lunes, 25 de julio de 2011

Caminando.
Siempre caminando hasta que duelan los músculos de las piernas.
Para no estar en el receptáculo mortuorio en el que se convierte mi habitación.
Recorriendo mi barrio, o los que los circundan...
Estos últimos días escuchando a saco Amy.
Va bien para mi estado anímico.
Es un bálsamo, cómo un whisky con soda...
Ya me estoy haciendo con la soledad,
esa soledad que te curte el carácter
que te hace uraño
arisco
y no sé cuantas cosas más.
Debería convertirme en árbol...
Me encantaría ser árbol para estar plantado en una acequia
y no tener nada mas que hacer, que mirar cansado al cielo...
zarandearme con el viento,
y perder mis frutos en invierno,
y no preocuparme de nada.
Sí, me encantaría ser árbol...

2 comentarios:

Crista de Arco dijo...

Seamos dos árboles entonces así nos hacemos mutua compañía y no soportamos a nadie más.

Impecable tus palabras. A medida que más y más te leo me digo: "Guau, este muchacho sí sabe explicar muy bien lo que siento." Gracias por eso Jor *

Un beso o 2 #

Anónimo dijo...

yo una vez, internado, vi 3 arboles y sentí una paz tremenda, esa quietud te la transmite la madre naturaleza es maravillosa.